El Academia Octavio mantiene su gran racha como local con una trabajada victoria en un derbi vibrante - García Lloria fue una pesadilla para los hombres de Teixeira
pablo galán | vigo
El fortín de As Travesas mantiene el candado echado un partido más. El Academia Octavio hizo valer su condición de local en el regreso del derbi con el Balonmano Chapela más de quince años después y sumó los dos puntos en juego gracias a su mayor acierto en los momentos claves del encuentro, liderados por la fenomenal actuación de Jorge García Lloria en la portería. El vigués fue un día más el principal héroe de su equipo, deteniendo al Castro Construcciones Chapela cuando amenazaba con acercarse en el marcador, siendo el colchón perfecto para que en ataque, Fran González y Alberto Casares demostrasen su magia y su calidad para desequilibrar la balanza.
El partido no defraudó a las expectativas generadas durante toda la semana en los dos bandos, deseosos de revivir la rivalidad existente en la década de los noventa. La tensión y las ganas de agradar se notaron en los primeros compases del encuentro, con las defensas imponiéndose a los ataques, llegando el primer gol del partido pasados los tres minutos de juego por medio de Casares.
Se ponía, por tanto, por delante el Academia Octavio, una ventaja que siempre mantendría durante el resto del encuentro salvo en el minuto 6, cuando el Chapela igualó la contienda gracias a los tantos de Nando y Cuadrado. A partir de ahí, la mayor frialdad que demostraron los hombres ofensivos de Quique Domínguez le permitió ir gestionando ventajas de dos o tres goles para tratar de minar la moral de un Chapela que, pese a las dificultades que entraña jugar en una pista prácticamente inabordable, no le perdió la cara en ningún momento al derbi, que iba creciendo en revoluciones conforme pasaban los minutos en el electrónico.
El choque transcurrió equilibrado hasta el minuto 20, cuando dos exclusiones en cinco segundos de los visitantes Ángel Martínez y Nando dejaban muy mermado al Chapela, que se salió un poco del partido protestando las decisiones arbitrales de la pareja gallega, permitiendo que el Octavio abriese la única brecha grande que hubo durante el choque, de cinco goles a favor de los académicos. Fue ahí donde comenzó a emerger la figura de García Lloria, que detuvo a Chema Cid, que nunca fue capaz de entrar en el partido, un lanzamiento de siete metros. La situación hacía entrever una posible ruptura pero Fran Teixeira supo reconducir a sus jugadores, que volvieron a demostrar una gran concentración para engancharse a la vida por medio de los goles de Casal y Cuadrado.
Con tres goles de ventaja para los locales comenzó la segunda mitad. La igualdad siguió siendo la tónica predominante, bailando la ventaja del Octavio entre los dos y los tres goles, esperando el Castro Construcciones al momento clave para asestar un golpe a su rival. Ese momento pudo llegar, al igual que en la primera mitad, a falta de diez minutos para la conclusión del parcial. Chema Cid y el capitán, Ángel Martínez situaban a su equipo a solo un gol, con el añadido además de que el Octavio se quedaba con dos jugadores menos.
Poco le duró la alegría a los chapeleiros, que en la siguiente acción veían como Martínez era excluido durante dos minutos. Casares y Nando intercambiaron golpes pero Fran González, que sigue dejando varios detalles de lujo en todos los encuentros que disputa, allanaba el camino de la victoria de los académicos. El resto fue obra de García Lloria, con un paradón a su íntimo amigo Iago Cuadrado y de Dani Hernández, algo más desaparecido que en citas anteriores. El lateral diestro se sacaba de la manga un lanzamiento tras un escorzo espectacular que dejaba el partido visto para sentencia (26-23) a falta de un minuto.
Sonreía el Academia Octavio y se enfadaba el Castro Construcciones Chapela, que no encontró premio en forma de puntos al esfuerzo realizado sobre la pista central de As Travesas, que vivió un derbi de alto voltaje que no se disputaba desde 1998 y que no defraudó a nadie. Los vigueses mantienen su buena racha ante el Chapela y continúan enganchados a la zona alta de la clasificación. Por su parte, el Castro Construcciones mantiene la distancia con el descenso pero sale, en cierta medida, reforzado para los próximos encuentros.
pablo galán | vigo
El fortín de As Travesas mantiene el candado echado un partido más. El Academia Octavio hizo valer su condición de local en el regreso del derbi con el Balonmano Chapela más de quince años después y sumó los dos puntos en juego gracias a su mayor acierto en los momentos claves del encuentro, liderados por la fenomenal actuación de Jorge García Lloria en la portería. El vigués fue un día más el principal héroe de su equipo, deteniendo al Castro Construcciones Chapela cuando amenazaba con acercarse en el marcador, siendo el colchón perfecto para que en ataque, Fran González y Alberto Casares demostrasen su magia y su calidad para desequilibrar la balanza.
El partido no defraudó a las expectativas generadas durante toda la semana en los dos bandos, deseosos de revivir la rivalidad existente en la década de los noventa. La tensión y las ganas de agradar se notaron en los primeros compases del encuentro, con las defensas imponiéndose a los ataques, llegando el primer gol del partido pasados los tres minutos de juego por medio de Casares.
Se ponía, por tanto, por delante el Academia Octavio, una ventaja que siempre mantendría durante el resto del encuentro salvo en el minuto 6, cuando el Chapela igualó la contienda gracias a los tantos de Nando y Cuadrado. A partir de ahí, la mayor frialdad que demostraron los hombres ofensivos de Quique Domínguez le permitió ir gestionando ventajas de dos o tres goles para tratar de minar la moral de un Chapela que, pese a las dificultades que entraña jugar en una pista prácticamente inabordable, no le perdió la cara en ningún momento al derbi, que iba creciendo en revoluciones conforme pasaban los minutos en el electrónico.
El choque transcurrió equilibrado hasta el minuto 20, cuando dos exclusiones en cinco segundos de los visitantes Ángel Martínez y Nando dejaban muy mermado al Chapela, que se salió un poco del partido protestando las decisiones arbitrales de la pareja gallega, permitiendo que el Octavio abriese la única brecha grande que hubo durante el choque, de cinco goles a favor de los académicos. Fue ahí donde comenzó a emerger la figura de García Lloria, que detuvo a Chema Cid, que nunca fue capaz de entrar en el partido, un lanzamiento de siete metros. La situación hacía entrever una posible ruptura pero Fran Teixeira supo reconducir a sus jugadores, que volvieron a demostrar una gran concentración para engancharse a la vida por medio de los goles de Casal y Cuadrado.
Con tres goles de ventaja para los locales comenzó la segunda mitad. La igualdad siguió siendo la tónica predominante, bailando la ventaja del Octavio entre los dos y los tres goles, esperando el Castro Construcciones al momento clave para asestar un golpe a su rival. Ese momento pudo llegar, al igual que en la primera mitad, a falta de diez minutos para la conclusión del parcial. Chema Cid y el capitán, Ángel Martínez situaban a su equipo a solo un gol, con el añadido además de que el Octavio se quedaba con dos jugadores menos.
Poco le duró la alegría a los chapeleiros, que en la siguiente acción veían como Martínez era excluido durante dos minutos. Casares y Nando intercambiaron golpes pero Fran González, que sigue dejando varios detalles de lujo en todos los encuentros que disputa, allanaba el camino de la victoria de los académicos. El resto fue obra de García Lloria, con un paradón a su íntimo amigo Iago Cuadrado y de Dani Hernández, algo más desaparecido que en citas anteriores. El lateral diestro se sacaba de la manga un lanzamiento tras un escorzo espectacular que dejaba el partido visto para sentencia (26-23) a falta de un minuto.
Sonreía el Academia Octavio y se enfadaba el Castro Construcciones Chapela, que no encontró premio en forma de puntos al esfuerzo realizado sobre la pista central de As Travesas, que vivió un derbi de alto voltaje que no se disputaba desde 1998 y que no defraudó a nadie. Los vigueses mantienen su buena racha ante el Chapela y continúan enganchados a la zona alta de la clasificación. Por su parte, el Castro Construcciones mantiene la distancia con el descenso pero sale, en cierta medida, reforzado para los próximos encuentros.
