Marco y Borja Fernández Arosa se enfrentan este fin de semana en el derbi gallego de Plata
Manuel y Marina tendrán el corazón partido el próximo sábado. A las seis y media de la tarde sus dos hijos, Marco (1990) y Borja Fernández Arosa Pedreira (1988), saltarán a la pista del pabellón de Chapela. Lo harán revueltos, pero no juntos, ya que el pequeño defenderá los colores del equipo de Redondela, y el mayor vestirá la camiseta del Teucro, en el que milita desde hace seis años. Por primera vez los dos hermanos lalinenses se verán las caras en un partido de liga. Habían jugado amistosos durante la etapa de Marco en el Lalín, y la pasada pretemporada ya a las órdenes de Fran Teixeira, pero este encuentro será distinto.
«Es especial por todo, por tratarse de un derbi, que siempre quieres jugar, y por tener en frente a mi hermano», señala Marco, que el pasado verano decidía dar el salto y cambiar el BM Lalín de Primera Nacional para el Chapela de División de Plata. «Para mí es una alegría ver jugar a mi hermano en esta Liga, es un reto para él, y lo animo», afirma Borja, que a renglón seguido deja muy claro que el sábado, sobre la pista, no habrá familia que valga.
«Tanto él como yo en la pista no vamos a dejar lugar para el cariño ni para un trato especial, si hay que dar, se dará», bromea el mayor de los Fernández, aunque su idea la comparte el pequeño. «Le deseo toda la suerte del mundo en la Liga, pero en la pista no hay familia».
Tanto Marco como Borja mamaron balonmano desde pequeños. Su padre, Manuel Fernández Pedreira, jugó en el Lalín y en el Teucro, donde estuvo a las órdenes de un Fran Teixeira que ahora entrena a su hijo en Redondela. Crecieron rodeados de balones y resina y viven el balonmano con plena intensidad. Aunque diferentes, el extremo del Chapela y el lateral del Teucro comparten un rasgo común: la lucha sobre la pista.
Los derbis, historia distinta
enemigo
Borja y Marco, al igual que Teucro y Chapela, quieren los puntos y la gloria del derbi.
Nacido en 1990, este extremo comenzó a jugar en el BM Lalín a los cinco años. Ha sido en el club dezano donde se ha forjado como jugador. Esta es su primera temporada en Chapela y en Plata.
De la generación del 88, el lateral del Teucro llegó hace seis campañas al club pontevedrés procedente del Lalín, en el que había dado sus primeros pasos. Utiliza el nombre de «Pedreira», como había sido conocido su padre.
LORENA GARCÍA CALVO| La Voz De Galicia
Manuel y Marina tendrán el corazón partido el próximo sábado. A las seis y media de la tarde sus dos hijos, Marco (1990) y Borja Fernández Arosa Pedreira (1988), saltarán a la pista del pabellón de Chapela. Lo harán revueltos, pero no juntos, ya que el pequeño defenderá los colores del equipo de Redondela, y el mayor vestirá la camiseta del Teucro, en el que milita desde hace seis años. Por primera vez los dos hermanos lalinenses se verán las caras en un partido de liga. Habían jugado amistosos durante la etapa de Marco en el Lalín, y la pasada pretemporada ya a las órdenes de Fran Teixeira, pero este encuentro será distinto.
«Es especial por todo, por tratarse de un derbi, que siempre quieres jugar, y por tener en frente a mi hermano», señala Marco, que el pasado verano decidía dar el salto y cambiar el BM Lalín de Primera Nacional para el Chapela de División de Plata. «Para mí es una alegría ver jugar a mi hermano en esta Liga, es un reto para él, y lo animo», afirma Borja, que a renglón seguido deja muy claro que el sábado, sobre la pista, no habrá familia que valga.
«Tanto él como yo en la pista no vamos a dejar lugar para el cariño ni para un trato especial, si hay que dar, se dará», bromea el mayor de los Fernández, aunque su idea la comparte el pequeño. «Le deseo toda la suerte del mundo en la Liga, pero en la pista no hay familia».
Tanto Marco como Borja mamaron balonmano desde pequeños. Su padre, Manuel Fernández Pedreira, jugó en el Lalín y en el Teucro, donde estuvo a las órdenes de un Fran Teixeira que ahora entrena a su hijo en Redondela. Crecieron rodeados de balones y resina y viven el balonmano con plena intensidad. Aunque diferentes, el extremo del Chapela y el lateral del Teucro comparten un rasgo común: la lucha sobre la pista.
Los derbis, historia distinta
enemigo
Borja y Marco, al igual que Teucro y Chapela, quieren los puntos y la gloria del derbi.
Nacido en 1990, este extremo comenzó a jugar en el BM Lalín a los cinco años. Ha sido en el club dezano donde se ha forjado como jugador. Esta es su primera temporada en Chapela y en Plata.
De la generación del 88, el lateral del Teucro llegó hace seis campañas al club pontevedrés procedente del Lalín, en el que había dado sus primeros pasos. Utiliza el nombre de «Pedreira», como había sido conocido su padre.
LORENA GARCÍA CALVO| La Voz De Galicia