La relación entre Fran Teixeira y Quique Domínguez, que compartieron vestuario durante once años, ha desaparecido completamente - El derbi del sábado entre Octavio y Solla&Cía Chapela será su primer duelo oficial en los banquillos
Más de quince años han pasado desde el último derbi en competición oficial entre Academia Octavio y Chapela, que no se veían las caras desde la última jornada de la temporada 1997-1998, cuando ambos equipos militaban en la Liga Asobal. El derbi del próximo sábado servirá también para presenciar el reencuentro de Fran Teixeira y de Quique Domínguez. El actual técnico del Octavio fue discípulo del vigués durante once temporadas -ocho en el Teucro y tres en el Octavio-. Precisamente, en la última campaña de Domínguez como jugador, la 2001-2002, se produjo la destitución de Teixeira en el conjunto académico, cogiendo el relevo en el banquillo el actual entrenador del cuadro olívico. Fue el punto y final de su relación. En todos estos años, ambos no han mantenido ningún tipo de contacto.
Casi dieciséis años han pasado del último encuentro en competición oficial entre Academia Octavio y Balonmano Chapela. Aquel 7 de marzo de 1998 ambos equipos afrontaban, curiosamente, también la última jornada y en el banquillo del conjunto chapeleiro se encontraba también Fran Teixeira, que tras pasar por el Octavio y entrenar varios años en Portugal, regresó al banquillo del Chapela en 2007.
Tras conseguir el ascenso a División de Honor Plata el pasado verano, Teixeira volverá a enfrentarse en un partido liguero al Octavio, club en el que estuvo tres temporadas (1999-2002) y en las que tuvo como jugador al actual inquilino del banquillo académico, Quique Domínguez, que ya había jugado a sus órdenes durante ocho temporadas en el Teucro pontevedrés en la década de los 90.
Dice el refrán que el roce hace el cariño pero en la relación entre Teixeira y Domínguez eso dista mucho de hacerse realidad. La temporada 2001-2002 fue un continuo tormento para un Octavio que vio como las cosas se torcían desde el inicio de campaña, concluyendo en mayo con la destitución de Teixeira a falta de dos partidos para el cierre de campeonato, una vez que el descenso a División de Honor Plata se había certificado.
Un mar de dudas invadía en aque momento el vestuario del Octavio. Ben Modo, Iván Infestas, Quique Domínguez y Pasqui eran algunos de los hombres con peso en aquel equipo que iba a iniciar una pequeña revolución para intentar regresar a la Liga Asobal.
Pocos días después de conocerse la marcha de Fran Teixeira se supo el nuevo inquilino del banquillo académico, que no fue otro que Domínguez, que sigue ostentando el cargo en la actualidad y que cambiaba las zapatillas por la pizarra para liderar el proyecto del ascenso. La relación, o lo que podía quedar de ella entre Domínguez y Teixeira, murió en aquel momento, tomando ambos caminos muy diferentes.
El nuevo inquilino del banquillo vigués comenzaba a trazar la ruta de su proyecto, con varias consecuencias de peso, como la no renovación de hombres que habían sido muy importantes como Ben Modo o Chema Cid, sobrino de Teixeira, que le acompaña en su actual aventura en el Solla&Cía Chapela.
Desde que cogió las riendas del Octavio, Domínguez ha vivido instalado encima de una especie de montaña rusa. Ascenso al primer intento pero regreso al infierno, por ejemplo, la primavera siguiente. El pontevedrés ha superado muchos momentos malos, sobreviviendo en el puesto pese a dirigir un equipo ascensor que en la última década ha vivido a caballo entre las dos primeras categorías del balonmano español, mostrándose siempre competitivo.
Por su parte, Teixeira, tras su destitución en el Octavio, se quedó sin banquillo en España y decidió emigrar a Portugal, donde dirigió al Gaia (02-03) y al Sporting de Lisboa (03-06). Finiquitada su aventura en tierras lusas, el dilatado técnico vigués regresaba a casa y se enrolaba en las filas del Balonmano Chapela, que desde su descenso a Primera Nacional en 2002 buscaba con ansias regresar a División de Honor Plata.
Su experiencia y su trabajo se notó en el conjunto chapeleiro, que rozó el ascenso en varias ocasiones al quedarse en el último escalón de la fase de ascenso. Finalmente, tras ampliarse la categoría el verano pasado, el Solla&Cía retornaba a la segunda categoría del balonmano español, permitiendo que con el descenso del Octavio, ambos equipos, y consecuentemente sus dos entrenadores, se vean las caras de nuevo, algo que únicamente había sucedido en dos encuentros de la Copa Diputación durante estos últimos años.
El sábado, el pabellón de As Travesas será el escenario del reencuentro en un partido oficial de Teixeira y Domínguez, dos figuras imborrables del balonmano gallego que tras muchos años juntos decidieron tomar dos direcciones completmente opuestas.
pablo galán | vigo
Más de quince años han pasado desde el último derbi en competición oficial entre Academia Octavio y Chapela, que no se veían las caras desde la última jornada de la temporada 1997-1998, cuando ambos equipos militaban en la Liga Asobal. El derbi del próximo sábado servirá también para presenciar el reencuentro de Fran Teixeira y de Quique Domínguez. El actual técnico del Octavio fue discípulo del vigués durante once temporadas -ocho en el Teucro y tres en el Octavio-. Precisamente, en la última campaña de Domínguez como jugador, la 2001-2002, se produjo la destitución de Teixeira en el conjunto académico, cogiendo el relevo en el banquillo el actual entrenador del cuadro olívico. Fue el punto y final de su relación. En todos estos años, ambos no han mantenido ningún tipo de contacto.
Casi dieciséis años han pasado del último encuentro en competición oficial entre Academia Octavio y Balonmano Chapela. Aquel 7 de marzo de 1998 ambos equipos afrontaban, curiosamente, también la última jornada y en el banquillo del conjunto chapeleiro se encontraba también Fran Teixeira, que tras pasar por el Octavio y entrenar varios años en Portugal, regresó al banquillo del Chapela en 2007.
Tras conseguir el ascenso a División de Honor Plata el pasado verano, Teixeira volverá a enfrentarse en un partido liguero al Octavio, club en el que estuvo tres temporadas (1999-2002) y en las que tuvo como jugador al actual inquilino del banquillo académico, Quique Domínguez, que ya había jugado a sus órdenes durante ocho temporadas en el Teucro pontevedrés en la década de los 90.
Dice el refrán que el roce hace el cariño pero en la relación entre Teixeira y Domínguez eso dista mucho de hacerse realidad. La temporada 2001-2002 fue un continuo tormento para un Octavio que vio como las cosas se torcían desde el inicio de campaña, concluyendo en mayo con la destitución de Teixeira a falta de dos partidos para el cierre de campeonato, una vez que el descenso a División de Honor Plata se había certificado.
Un mar de dudas invadía en aque momento el vestuario del Octavio. Ben Modo, Iván Infestas, Quique Domínguez y Pasqui eran algunos de los hombres con peso en aquel equipo que iba a iniciar una pequeña revolución para intentar regresar a la Liga Asobal.
Pocos días después de conocerse la marcha de Fran Teixeira se supo el nuevo inquilino del banquillo académico, que no fue otro que Domínguez, que sigue ostentando el cargo en la actualidad y que cambiaba las zapatillas por la pizarra para liderar el proyecto del ascenso. La relación, o lo que podía quedar de ella entre Domínguez y Teixeira, murió en aquel momento, tomando ambos caminos muy diferentes.
El nuevo inquilino del banquillo vigués comenzaba a trazar la ruta de su proyecto, con varias consecuencias de peso, como la no renovación de hombres que habían sido muy importantes como Ben Modo o Chema Cid, sobrino de Teixeira, que le acompaña en su actual aventura en el Solla&Cía Chapela.
Desde que cogió las riendas del Octavio, Domínguez ha vivido instalado encima de una especie de montaña rusa. Ascenso al primer intento pero regreso al infierno, por ejemplo, la primavera siguiente. El pontevedrés ha superado muchos momentos malos, sobreviviendo en el puesto pese a dirigir un equipo ascensor que en la última década ha vivido a caballo entre las dos primeras categorías del balonmano español, mostrándose siempre competitivo.
Por su parte, Teixeira, tras su destitución en el Octavio, se quedó sin banquillo en España y decidió emigrar a Portugal, donde dirigió al Gaia (02-03) y al Sporting de Lisboa (03-06). Finiquitada su aventura en tierras lusas, el dilatado técnico vigués regresaba a casa y se enrolaba en las filas del Balonmano Chapela, que desde su descenso a Primera Nacional en 2002 buscaba con ansias regresar a División de Honor Plata.
Su experiencia y su trabajo se notó en el conjunto chapeleiro, que rozó el ascenso en varias ocasiones al quedarse en el último escalón de la fase de ascenso. Finalmente, tras ampliarse la categoría el verano pasado, el Solla&Cía retornaba a la segunda categoría del balonmano español, permitiendo que con el descenso del Octavio, ambos equipos, y consecuentemente sus dos entrenadores, se vean las caras de nuevo, algo que únicamente había sucedido en dos encuentros de la Copa Diputación durante estos últimos años.
El sábado, el pabellón de As Travesas será el escenario del reencuentro en un partido oficial de Teixeira y Domínguez, dos figuras imborrables del balonmano gallego que tras muchos años juntos decidieron tomar dos direcciones completmente opuestas.
pablo galán | vigo